Miles de manifestantes marcharon el sábado en Boston para denunciar el racismo y a la extrema derecha, bajo un clima de tensión en Estados Unidos, tras la violencia en Charlottesville y la polémica reacción de Donald Trump.
Con consignas como «No hay lugar para el odio» o «Váyanse, nazis» la marcha buscaba contrarrestar una congregación cercana convocada oficialmente en favor de la «libertad de expresión» pero que aglutinaba a militantes de extrema derecha.
Al final de la marcha, manifestantes antiracistas fueron violentamente reprimidos por la policía, que la emprendió contra ellos usando garrotes y equipos antimotín. Pero las escaramuzas estuvieron lejos del nivel de violencia registrado en Charlottesville, donde un simpatizante neonazimató a una mujer y dejó 19 personas heridas al arremeter con su auto contra la multitud.
La protesta cerró una semana de alta tensión sobre el tema racial en Estados Unidos, que se elevó luego que el presidente Donald Trump equiparó a los militantes de extrema derecha y los manifestantes que protestaban contra el racismo. (AFP)
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