La lugarteniente de la organización criminal “La Jauría del Norte”, Lidia Guadalupe Seminario Rubio (a) “Roxana”, quería hacerse de dinero fácil a toda costa.
Las interceptaciones telefónicas realizadas por la Policía revelan que la mujer tenía contactos dentro de la Fuerza Área del Perú (FAP), con los que iba hacer negocios ilícitos para vender gasolina brindada por el Estado.
“Tengo un amigo que trabaja en la FAP y un primo en la Marina, y ahí también tengo un tío que está a cargo del combustible y semanal tiene un container de 600 litros de GLP. Nos quiere vender. ¿Cómo haríamos?, porque me dará al 50 % y tú tienes un amigo que es dueño de un grifo”, le dice Seminario a su ex pareja el empleado de un banco, Napoleón Gaitán Cabellos, en una conversación de abril de este año.
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